La localidad de Cumbres
de Enmedio no debe pasar inadvertida para el
viajero que desee disfrutar de los rasgos pintorescos
de un típico pueblo andaluz. Las dehesas
y el blanco de sus fachadas hacen de sus calles
un lugar ideal para el sosiego y disfrute de
un pueblo virgen en la Sierra.
A esto hay que añadir
los encantos de una gastronomía popular
basada en el jamón ibérico, que
tanta fama atesora en la zona de las cumbres.
Próximo
al municipio vecino de Cumbres de Enmedio
existen restos de asentamientos de cultura
céltica, y sobre éstos hay
vestigios romanos. De ahí la hipótesis
de la existencia del pueblo celta y el
posterior asentamiento romano Concordia
Julia Nertobriga.
En la época
musulmana se instalan algunos pueblos
bereberes especializados en aprovechamientos
ganaderos.
En la segunda
mitad del siglo XIII se produce la conquista
cristiana por parte del Reino de Castilla.
Desde entonces, esta zona pasa a pertenecer
a la ciudad de Sevilla, como tierra de
realengo y se convierte en zona fronteriza
con el Reino de Portugal.
Esta situación
provoca varios enfrentamientos entre ambos reinos,
hasta la firma del tratado de Alcaçobas-Toledo
en 1479.
El
hecho de que en Cumbres de Enmedio no
se construyera ninguna fortificación,
influyo notablemente en una menor demografía
que sus hermanas Cumbres Mayores y de
San Bartolomé, que ambas disponían
de castillos donde refugiar la población.
En 1639 Felipe
VI le concede el privilegio de Villazco,
con la delimitación del término
de la villa a cambio de 10.000 maravedíes
por vecino.
La economía tradicional
basada en la agricultura y ganadería
de subsistencia dio lugar a un lento crecimiento
demográfico hasta la segunda mitad del
siglo XX. A partir de aquí, la población
fue decreciendo, fruto de la crisis del modelo
económico de subsistencia.
La
fiesta mas importante de la población
es la Feria de San Pedro, que reúne
a vecinos y a familiares emigrados. La
fecha de celebración es el 29 de
Junio. En las fiestas se combinan actos
religiosos y de ocio tales como la suelta
de vaquillas y un gran baile nocturno
que tiene lugar junto a la iglesia.
El otro acontecimiento
que tiene lugar durante el año
en la localidad es la matanza familiar,
que se convierte en un verdadero acto
social, donde se reencuentran familiares
y amigos.
Otra curiosidad que
forma parte de las tradiciones de Cumbres de
Enmedio, es su particular forma de autogobernarse.
Dado el bajo contingente poblacional, con unas
cincuenta personas en edad de votar, se ha instituido
en la localidad el llamado Concejo Abierto,
donde todos los ciudadanos pueden participar,
llevando así la democracia a su máxima
expresión.
Este pueblo tiene atractivos
que reclaman la visita del viajero que desee
escapar de los circuitos turísticos tradicionales.
A un entorno serrano bien conservado y una topografía
elevada, se le añade el caserío
de un pueblo típicamente andaluz: blanco,
limpio y engalanado con macetas y naranjas.
Entre
el patrimonio artístico de Cumbres
de Enmedio, la Iglesia de San Pedro, se
erige como el monumento más importante.
Hace unos años se renovaron sus
pinturas, altar mayor, alicatado y alumbrado.
La iglesia, originaria del siglo XVIII,
está declarada Bien de Interés
Cultural y es obra de Pedro de Silva.
Merece
la pena darse un paseo por las tres calles
que parten del antiguo camino, hoy carretera,
para contemplar el caserío de la
localidad. Especialmente la calle central,
engalanada con macetas y naranjos.
A
la entrada, podemos detenernos en un espacio
muy acogedor, con un típico empedrado,
junto a una fuente. Este lugar, suele
estar muy concurrido en las noches de
verano, donde los vecinos se reunen a
tomar el fresco junto al sonido del agua
de la fuente.
Este
pequeño pueblo goza de gran devoción
religiosa y se manifiesta, entre otras
cosas, en bellos azulejos como estos,
que forman parte de los elementos culturales
y artísticos del municipio.
Las
dehesas cumbreñas es otro de los
bienes naturales que atesora Cumbres de
Enmedio. Las encinas, quejigos y alcornoques
forman parte del paisaje inconfundible del
municipio, donde los lugareños engordan
los cerdos para la matanza. Estas dehesas
son la base fundamental de la fama de los
jamones de las cumbres.